¿Signos de desbandada neoliberal?
El 2013 comienza con más signos de
que la etapa de los “mercados autorregulados”, el neoliberalismo está
haciendo aguas, con la conciencia de que las políticas adoptadas desde
la crisis del 2008 pueden tener consecuencias políticas amenazantes para
el sistema, lo que explica algunas opiniones y análisis que anticipan o
proponen cambios para que todo siga igual y que el capitalismo perdure
en los países del capitalismo avanzado.
La posibilidad o imposibilidad de
estas propuestas es algo que tocaremos en un segundo artículo (1). En el
presente veremos algunas “señales” que parecen indicar el fin de la
etapa neoliberal, pero primero un breve paseo por la realidad en las
principales economías del capitalismo avanzado.
La realidad
Por cuarto año consecutivo la
crisis económica en la Unión Europea (UE), Estados Unidos (EE.UU.) y
otros países del “capitalismo avanzado” sigue su curso. Japón, donde
primero se manifestaron las causas principales de la crisis estructural
como un “estado permanente de decrecimiento o estancamiento económico”,
vive la crisis desde hace dos décadas y acaba de elegir un gobierno que
promete “cambios”.
En un reciente análisis el
economista Nouriel Roubini (2) sintetiza bastante bien el problema de la
zona euro (ZE), señalando que las políticas del Banco Central Europeo
(BCE) bajaron significativamente, pero no eliminaron, los riesgos de la
salida de Grecia de la ZE, y redujeron el costo del refinanciamiento de
la deuda pública de España e Italia y por lo tanto se evitó que ambos
países deban someterse, como Grecia, Portugal e Irlanda, al dictado de
la Troika (Comisión Europea, BCE y FMI).
Pero Roubini señala que la profunda
recesión económica en la periferia de la ZE está extendiéndose ahora a
las partes centrales: Francia sufrirá una recesión en el 2013, e incluso
en Alemania hay una fuerte desaceleración por la contracción de la
demanda en la periferia de la ZE y un menor crecimiento económico en
China. Este economista define la situación entre los países fuertes de
la ZE y la periferia como un proceso de “balcanización” persistente de
la actividad económica y bancaria –en este caso por la fuga de capitales
de la periferia hacia los países centrales-, por lo cual la recesión en
la periferia de la ZE continuará en el 2013.
En cuanto al desempleo, según las
estadísticas oficiales en los 27 países de la UE son ya 26 millones los
cesantes registrados, pero no se habla de los desocupados crónicos ni
del subempleo. A finales de diciembre, en los 17 países de la ZE, la
cesantía llegó al 11.8 por ciento y se anticipa que aumentará durante el
2013.
El desempleo entre los jóvenes
llegó niveles nunca vistos en la era moderna: 23.7 por ciento en la UE y
24.4 por ciento en la ZE. La tasa de cesantía entre los jóvenes alcanza
el 57.6 por ciento en Grecia, el 56.5 por ciento en España y el 37.1
por ciento en Italia, país que perdió una cuarta parte de su producción
industrial entre abril 2008 y octubre 2012.
En Gran Bretaña, que no forma parte
de la ZE, por las medidas de austeridad que afectan directamente al
empleo y el nivel de vida de la clase trabajadora, la economía sufre una
tercera caída consecutiva en recesión: después de una contracción en el
tercer trimestre el PIB se contrajo 0.3 por ciento en el cuatro
trimestre del 2012, según el Instituto nacional para investigaciones
económicas y sociales.
La corrección de precios del sector
inmobiliarios que afecta a los países periféricos alcanza ahora a los
centrales, incluyendo a Francia y exceptuando Alemania, lo que significa
el aumento de la deuda de los particulares que adquirieron viviendas y
una depresión en el sector de la construcción, importante fuente de
empleos.
Aunque registra cierto crecimiento
en el PIB, la situación no es diferente en EE.UU., donde el reelecto
Presidente Barack Obama cedió al chantaje de la oposición Republicana y
pronto deberá administrar una dosis de austeridad a través de recortes
presupuestarios. El desempleo “oficial” en EE.UU. se situó en diciembre
por debajo del 8.0 por ciento, pero fue superior al 14 por ciento en la
estadística de desempleo ampliado (U6) de la Oficina de Estadísticas del
Trabajo.
La tasa de desempleo entre los
jóvenes estadounidenses –de 18 a 29 años-, atados de por vida a la deuda
de un billón de dólares por los préstamos incurridos para estudiar, es
de 11.5 por ciento, aunque en realidad es de 16.3 por ciento si se
cuenta el millón 700 mil de jóvenes excluidos de las estadísticas
oficiales.
En ninguno de los países del
capitalismo avanzado se avizora la posibilidad de crear las decenas de
millones empleos que desaparecieron en los últimos años para dar trabajo
a los desempleados, y menos aun de crear puestos de trabajos para los
millones de jóvenes que en este período deberían haber ingresado al
mercado laboral.
Empero, nada de todo lo anterior
inquieta al mundo financiero. Los principales índices bursátiles
cerraron el 2012 y comenzaron el 2013 con alzas (25 por ciento en
Alemania, ocho por ciento en Londres y más del 15 por ciento para el 500
S&P en EE.UU.), confirmando así que en el sistema actual las bolsas
suben cuando se aplica la austeridad, aumenta el desempleo y la
pobreza, cuando el consumo y la economía baja o se estanca, lo que
confirma la desconexión total entre la economía real y el mundo
financiero.
Los limites del neoliberalismo en la UE
Al despedirse de su función de
presidente del Consejo de ministros de Economía y Finanzas de la zona
euro (Eurogrupo) del Parlamento Europeo, el primer ministro y titular de
Economía de Luxemburgo, Jean-Claude Junker, dijo lo que realmente
pensaba, criticó su propia complacencia frente a las políticas de ajuste
estructural y lanzó un “furibundo ataque contra la gestión de la crisis
del euro impuesta por Berlín”, como subrayan el corresponsal del
periódico español Cinco Días en Bruselas (3) y el portal
Eurointelligence.com.
Un ataque en regla que, como era de
esperar, apenas fue mencionado en la gran prensa europea e
internacional, más interesada en la afirmación del Presidente de la
Comisión Europea, Manuel Barroso, de que la crisis existencial del euro
era cosa del pasado, lo que contrasta con la respuesta de Junker, quien
dijo que no compartía “ese brumoso análisis de los problemas que
enfrenta el euro (porque) siguen habiendo problemas serios cuya solución
requerirá una gran cantidad de valor político. No debemos darle al
público o a los parlamentos nacionales la impresión de que lo peor ha
pasado, como están sugiriendo algunos políticos. La moneda única sigue
existiendo y la eurozona está en mejor posición que hace doce meses”,
pero no se salió de la crisis, apuntó Junker.
Lo importante de las declaraciones
de Junker es que, grosso modo, constituye una crítica a las políticas
neoliberales aplicadas en la UE, como cuando dijo que estaba en completo
desacuerdo con el ritmo de los ajustes de austeridad “impuestos a
ciertos países” y denunció que el Eurogrupo no había evaluado las
consecuencias políticas de esos ajustes estructurales, limitándose a
estampillar las recomendaciones presentadas por las instituciones que
conforman la Troika, “cuya legitimidad democrática no es del todo
clara”.
También criticó la política de
hacer recaer el peso del ajuste “en los más débiles, simplemente porque
son más numerosos”, el que se haya subestimado “el drama del desempleo” y
que en el forcejeo entre la política y las finanzas “el brazo monetario
de Frankfurt (donde están las sedes del BCE y el Banco Central Alemán)
es fuerte, y el brazo de la política económica (los parlamentos
nacionales) es débil”.
En esta crítica y autocrítica
Junker planteó, como tarea para su sucesor o sucesora, la necesidad de
que “todos los Estados miembros se pusieran de acuerdo en un ‘salario
social mínimo’ (y sentaran) la base de derechos sociales mínimos para
los trabajadores”, advirtiendo que de lo contrario “perderemos el apoyo
de las clases trabajadoras”.
No es descartable pensar que esta
crítica es signo de que algunos políticos europeos, y hasta quizás
algunos tecnócratas que dirigen las instituciones que conforman el
rígido sistema neoliberal de la UE, comienzan a tener reservas sobre
las políticas neoliberales que, en definitiva, están haciendo correr
graves riesgos económicos, sociales y políticos al conjunto del sistema
capitalista de la UE.
Sobre estos riesgos implícitos
en la prolongada situación de recesión, bajo crecimiento económico y
desempleo masivo, y el “extremismo político que puede generar” -como el
que siguió a la crisis monetaria y económica de los años 20 en Europa-,
escribió Stephen Fidler en el Wall Street Journal (4), el diario de los
financieros.
Fidler cita a Patricia Clavin y
David Vines, profesores de la Universidad de Oxford, quienes en una
conferencia a finales del 2012 se refirieron a los paralelos existentes
entre la situación en la década de 1920 y la actual, como por ejemplo el
papel que la Liga de Naciones jugó como defensor de los acreedores de
la deuda pública, al punto de enviar un funcionario para administrara el
cumplimiento de la austeridad impuesta a Austria, algo similar al papel
jugado actualmente por la Troika (CE, BCE y FMI),
También destacan el paralelo entre
quienes fueron designados para cargar con el peso del ajuste en las
actuales políticas de austeridad presupuestaria: en ambos casos, según
los citados profesores, se responsabilizó a los países deudores y con
déficits, que debieron soportar el ajuste en lugar de los países
acreedores, que disponían de superávits (3).
Reseñando las conferencias de
Clavin y Vines el periodista del diario Wall Street apunta que no es de
sorprender que dirigentes políticos “estén preocupados sobre lo que todo
esto implica para la política en Europa continental, y si esto no
podría generar un extremismo político como el que siguió a la dura
realidad económica en Europa en la década de 1920”
Al analizar los “trastornos
globales en el mediano plazo” el filósofo Immanuel Wallerstein (La
Jornada, 13 enero 2013) anticipa que debido a la crisis estructural del
capitalismo habrá, hacia el final de la década, algunas realineaciones
importantes que “no tendrán resultados felices para casi nadie”, y que
“aquellos que tienen riqueza y privilegios hoy, no se sentarán sin hacer
nada. Será más y más claro para ellos que no pueden asegurar su futuro a
través del sistema capitalista existente. Buscarán implementar un
sistema que no se base en un papel central del mercado, sino en una
combinación de fuerza bruta y engaño. El objetivo clave es asegurar que
el nuevo sistema garantice la continuación de tres rasgos clave para el
actual sistema: jerarquía, explotación y polarización”.
Esa combinación de “fuerza bruta y
engaño” que anticipa Wallerstein es más que probable, con mayor énfasis
en la “fuerza bruta” si no se pone término rápidamente a la aplicación
de los programas de austeridad que tan grave impacto tienen en la vida
de los pueblos de la periferia de la UE, y si no se adoptan políticas
para generar empleos, aunque sean un engaño temporal.
El sistema actual, y es probable
que eso es lo que haya motivado la sinceridad de Jean-Claude Junker,
solo puede ser mantenido mediante niveles de control social y de
represión policial-militar, o sea la fuerza bruta, como los aplicados
por las dictaduras militares y algunos gobiernos civiles de América
Latina en las épocas en que nuestros países eran el terreno de ensayo de
las políticas del FMI y del Consenso de Washington.
Desde el siglo 19, primero con el
imperio británico y luego en el siglo 20 con el imperialismo
estadounidense, muchos países latinoamericanos han servido de cobayos
para las políticas imperiales que luego se aplicaron a todo el mundo,
como dice el historiador estadounidense Greg Grandin.
No es de extrañar que algunos
políticos e intelectuales de diversas tendencias comiencen a
interrogarse, en Europa y en Estados Unidos, si para mantener el
neoliberalismo o salvar el capitalismo la clase dominante no piensa ya
en reemplazar el ilusorio “poder de los votos” por el concreto “poder de
las botas”.
Notas
1.- En la segunda parte “El capitalismo (neoliberal) ha muerto. ¡Viva una forma de capitalismo corporativista!”, analizaremos las propuestas y anticipaciones de algunos economistas para retornar a un sistema de regulación del mercado).
2.- Nouriel Roubini, http://www.economonitor.com/nouriel/2013/01/14/the-year-ahead-in-the-eurozone-lower-risks-same-problems/
3.- Ver http://www.cincodias.com/articulo/economia/juncker-despide-furibundo-ataque-berlin/20130110cdscdseco_1/ y “Finally telling the truth – Junker’s shocking farewell statement to the European Parliament”, Eurointelligence,com
4.- Ver Parallels With 1920s Raise Worries over Extremism, Stephen Fidler, Wall Street Journal http://online.wsj.com/article/SB10001424127887324081704578233711771426512.html
Sobre este tema la mejor y más
completa fuente sigue siendo el libro de Karl Polanyi, La Gran
Transformación, y en particular los últimos capítulos (19 al 21) en la
edición en francés, de Gallimard, 1983.
La Vèrdiere, Francia
- Alberto Rabilotta es periodista argentino - canadiense.
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