Sojeros Brasileños le ganan a Monsanto

La Justicia brasileña condenó a Monsanto a pagar 7.500 millones de dólares a 5.000.000 de agricultores. Se trata de personas dedicadas al cultivo de la soja transgénica de Monsanto. Esta empresa norteamericana tiene los derechos de la propiedad sobre ese tipo de soja, y quienes la cultivan deben pagarle regalías: 2 por ciento sobre la producción. Es lo que en el Brasil llaman el "impuesto Monsanto", y que ha sido cuestionado judicialmente por productores de Río Grande del Sur.
El conflicto no ha surgido tanto del pago de las regalías, sino de la manera como se lo paga. Según el convenio con la multinacional, los agricultores deben mantener separados los cultivos de soja transgénica y soja común. Si se mantienen separados, el "impuesto" es del 2 por ciento; si se mezclan, llega al 3 por ciento. Para Monsanto, esto debe ser así para evitar que atenten contra sus derechos intelectuales; es decir, que utilicen sus semillas sin habérselas comprado y sin seguir ciertas reglas en su uso.
Para los agricultores, la realidad es distinta: resulta imposible mantener separadas las dos variedades, porque la variedad transgénica es muy invasiva, puede llegar a los campos donde no se la cultiva y crecer entre la variedad común. Esto puede ocurrir naturalmente, sin que los agricultores lo quieran ni puedan impedirlo. La polinización no respeta los contratos. 

La demanda fue iniciada por los sindicatos rurales de Passo Fundo, Sertao y Santiago (Río Grande). En abril de este año, el juez riograndense Giovanni Conti decidió que las regalías de Monsanto estaban vencidas, y que la empresa debía devolver las cobradas desde el año 2004. Esto representa un importe de 2.000 millones de dólares. El 12 de junio de este año, el Tribunal Supremo del Brasil confirmó la sentencia, y decidió que la resolución del juez valga para todo el Brasil; así el importe llega a 7.500 millones de dólares.
El fallo del Tribunal Supremo parece indicar un giro en la manera de entender los derechos de propiedad sobre la naturaleza. Entre 1977 y 2010, Monsanto ganó 177 juicios contra agricultores orgánicos, y obligó a centenares más a ceder en arreglos extrajudiciales. Se presumía la culpa de quien tenía en su campo plantas transgénicas, aunque no las hubiese plantado. En febrero de este año, 300.000 agricultores norteamericanos perdieron una demanda contra Monsanto en Estados Unidos, pero el caso se apeló. El fallo brasileño tendrá mucha importancia, ya que el Brasil es el segundo productor mundial de soja transgénica.
Dicho sea de paso, la soja transgénica llegó al Brasil de contrabando desde el Paraguay, adonde apareció de contrabando desde la Argentina.
Lula y Nicanor la legalizaron años después, ¿es lícito todo lo legal?

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