La era de hielo en Argentina: los sectores más afectados por el freno económico
La caída en el nivel de actividad económica ya es indisimulable. En un análisis sectorial, los economistas consultados por WE afirman que la industria es la que más sufre una desaceleración que se hizo sentir fuerte durante el primer semestre del año. Automotriz, textil, construcción, inmobiliario y agro son algunos de los rubros más fríos. Las razones son múltiples: la crisis internacional, el cepo cambiario, el control de las importaciones o la dependencia de Brasil.
Por Manuel Torino
Sin escapatoria ante la demanda de la platea infantil para
ver la película animada más exitosa de estas vacaciones de invierno,
muchos empresarios salieron del cine con una sensación de déjà vu. La
Era de Hielo no sólo es el título del film preferido de los más chicos
por estos días, también es el eufemismo que muchos hombres de negocios
eligen para nombrar lo que está sucediendo con la actividad económica en
el primer semestre del año.
Ya sea porque el mundo se nos cayó encima -léase: las razones exógenas que esgrimen desde el entorno de la presidenta Cristina Kirchner para explicar el parate- o bien por a las batería de controles cambiarios y regulaciones al comercio exterior -las razones endógenas que, según los críticos al Gobierno, provocaron el freno-, lo cierto es que el termómetro sectorial refleja una frío indisimulable incluso para el Indec, quien reconoció que en mayo la actividad económica registró una caída interanual del 0,5%.
El rol protagónico en esta historia lo ocupa claramente la industria. Según señalan los economistas y analistas sectoriales consultados por El Cronista WE, evidenció una fuerte caída en sectores de peso como el automotriz, el textil y el de la construcción. El principal indicador fabril, el EMI (Estimador Mensual Industrial), que publica el Indec, muestra un derrumbe interanual en mayo del 4,6%. La cifra está en línea con las estimaciones de la Unión Industrial Argentina (UIA), que había anticipado una baja del 5,1%. Además, para la central fabril, la industria acumula una contracción del 0,5% en los primeros cinco meses del 2012.
Otros sectores que el año pasado disfrutaban del dinamismo de una economía que llegó a crecer al 9% anual y hoy están a la intemperie son el inmobiliario, el de caucho y plástico y el metalífero. En tanto, el agropecuario, el turismo, el de alimentos y bebidas y el de electrodomésticos registran una sensación térmica considerablemente más baja que el año pasado, aunque todavía no les llegó la helada.
Hay distintas realidades a nivel sectorial dentro del PBI pero en líneas generales se observa una caída marcada en los bienes y un desempeño algo mejor de los servicios, porque estos últimos no son transables y no dependen tanto de la demanda externa, sostiene Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de la consultora Ecolatina.
En la radiografía del nivel de actividad económico, los analistas consultados por WE coinciden en destacar que la desaceleración del primer semestre impactó primero en bienes y productos tangibles, pero que ahora la sombra se extiende paulatinamente al sector de servicios.
De hecho, hay más luces amarillas: en junio ya se registraron leves bajas en el despacho de cemento y, según cifras del Ieric, desde noviembre a abril se perdieron 26.000 empleos.
El clima sectorial se muestra más gélido aún en el mercado inmobiliario. Por lo bajo, luego de que la propia Cristina Kirchner fustigara por cadena nacional a un agente del sector que se quejó por la baja en las ventas, y cuya inmobiliaria sufrió una inhibición de la AFIP, fuentes del rubro confirman a El Cronista WE el congelamiento.
Una de las voces que salió a criticar la poco democrática -por decir lo menos- intervención presidencial fue Néstor Walenten, titular de la Cámara Inmobiliaria Argentina, quien además aprovechó para definir el desempeño sectorial: Con el primer semestre de 2012, vamos a estar cerrando el peor año de la última década, disparó el directivo. Según cifras de esa entidad, la solicitud de permisos para la construcción cayó un 60% en la primera mitad del año.
En el sector inmobiliario es claro que el cepo cambiario ha impactado muy fuerte. La cantidad de escrituras de la ciudad de Buenos Aires muestra una caída del 15% para el primer semestre en la comparación interanual y una del 1% en la provincia de Buenos Aires durante los primeros cinco meses, remarca Sigaut Gravina, sobre el impacto del corralito verde en las operaciones de compra y venta de inmuebles.
Para mantener la rueda en movimiento y sortear la sequía de dólares, fuentes del sector confían en la alternativa de los fideicomisos en pesos. De hecho los desarrolladores han pesificado su oferta, incluso, en los emprendimientos más lujosos. Los fideicomisos en pesos son una posibilidad de inversión para el ahorrista que no cuenta con alternativas ni para comprar dólares ni para invertir en un plazo fijo, agrega Schuff.
Sobre la marcada caída en la venta de autos al país vecino, Marcelo Elizondo, consultor y ex director de la Fundación ExportAr, remarca que las automotrices tuvieron una facturación de casi 300 millones de dólares menos que el año pasado. Y agrega: La dependencia que se generó con respecto al mercado brasileño marca un error en la política comercial argentina. Concentrarse en Brasil fue una decisión de la Argentina, no una razón de mercado. En este punto, la ruptura del acuerdo automotor con México decretado por el gobierno nacional a fines de junio parece acentuar la Brasil-dependencia.
Sin embargo, desde las automotrices ya observan señales de recuperación en Brasil, lo que atenuaría la caída de uno de los sectores más preponderantes en el conglomerado industrial argentino. Con un ojo en el segundo semestre, según las estimaciones de los analistas consultados por WE, la sangría automotriz cerraría el año con una contracción en torno al 12%
Otro sector manufacturero muy ligado al automotriz es el de caucho y plástico, que también muestra números bajo cero. Producto de la disminución en la producción de autos, acumula una contracción del 1,4% en lo que va del año. Además también tiene problemas de abastecimiento de materia prima. En lo que va del 2012 sus importaciones cayeron un 12%, destaca Schuff.
Otro de los buques insignia de la expansión de la economía local en la última década que también aparece entre los más fríos en el termómetro sectorial es el rubro textil. A pesar de ser uno de los rubros más protegidos, las importaciones ganaron peso en 2011, afectando la producción nacional. Y en el primer semestre se empezó a sentir una desaceleración en el consumo de indumentaria.
Así las cosas, los textiles acumulan una merma del 3,1% a mayo. Tienen claramente un problema de competitividad y de incremento de costos en dólares, al punto tal que hoy exportan un 20% menos que el año pasado, acota Elizondo.
"La sequía del último año hizo que la cosecha de soja sea de 39,9 millones de toneladas contra 52 millones en la campaña anterior. La parte positiva va por el lado de los precios: con la tonelada a u$s600, las expectativas para la campaña que viene son muy positivas", dice Sigaut Gravina.
Los supersticiosos deberán abstenerse este 2013: a los exorbitantes precios, se le suma la posible llegada de un "año Niño", lo cual traería lluvias por arriba del promedio.
Otro que empieza a extrañar el boom del consumo de antaño es el comercio. Está mejor que otros sectores, por más que las ventas minoristas acumulan una caída del 2% en el semestre. Índices como el de Confianza del Consumidor también dan mal e, incluso, la facturación de shoppings, que creció un 23%, se ha desacelerado con respecto al año pasado y en términos reales estaría casi en equilibrio, remarcan desde Ecolatina.
Pese a la desaceleración del consumo en general, la venta de electrodomésticos resistió gracias a las promociones de las tarjetas de crédito y la falta de alternativas para ahorrar. Registra una suba del 12% en el acumulado del primer trimestre. Aunque no se compara con el 21% del primer trimestre del 2011, agrega Schuff.
El termómetro sectorial se calienta cuando aparecen en escena los sectores más inelásticos, es decir, aquellos que son poco sensibles a los avatares del mercado y a las fluctuaciones de precios. Por ejemplo, en el sector de alimentos y bebidas crece la demanda interna y se mantiene el dinamismo fronteras afuera. Así lo explica Elizondo: El único rubro que ha mostrado una cierta mejora en las exportaciones es el de producción de alimentos. Los lácteos, las frutas y hortalizas procesadas, los vinos y los productos de cuero, entre otros, por lo general, crecieron. Esto prueba que aquello de que la crisis es igual para todos es una simplificación, dice el director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales.
¿Otros de los ganadores en la era de hielo? El sector financiero es de los que se muestra más solvente y rentable. Si bien los analistas todavía esperan a ver cómo impactan las últimas regulaciones del BCRA, se espera que continúen creciendo los depósitos y los préstamos.
La misma agradable temperatura disfruta, por ejemplo, el área de telefonía y comunicaciones. Según el Indec, a mayo de este año mostraban un crecimiento acumulado del 13% interanual, aunque es un sector que, por causas estructurales del mercado, crece constantemente. Lo propio hizo el farmacéutico, con balances más que satisfactorios y un crecimiento del 12% en los primeros cinco meses del año.
Por último, un curioso triunfador: la industria avícola, que aparece como la contracara de los desgastados frigoríficos vacunos. La carne aviar fue ganando terreno en las preferencias de los argentinos ante el incremento de precios de la carne vacuna, y el sector supo acompañar el incremento de esa demanda. Las proyecciones de la cámara sectorial para fines de 2012 indican que la producción de pollos en el país habrá subido un 80% en seis años.
Algunos al resguardo, muchos a la intemperie y otros tantos congelados, los sectores ya transitan la era de hielo.
Ya sea porque el mundo se nos cayó encima -léase: las razones exógenas que esgrimen desde el entorno de la presidenta Cristina Kirchner para explicar el parate- o bien por a las batería de controles cambiarios y regulaciones al comercio exterior -las razones endógenas que, según los críticos al Gobierno, provocaron el freno-, lo cierto es que el termómetro sectorial refleja una frío indisimulable incluso para el Indec, quien reconoció que en mayo la actividad económica registró una caída interanual del 0,5%.
El rol protagónico en esta historia lo ocupa claramente la industria. Según señalan los economistas y analistas sectoriales consultados por El Cronista WE, evidenció una fuerte caída en sectores de peso como el automotriz, el textil y el de la construcción. El principal indicador fabril, el EMI (Estimador Mensual Industrial), que publica el Indec, muestra un derrumbe interanual en mayo del 4,6%. La cifra está en línea con las estimaciones de la Unión Industrial Argentina (UIA), que había anticipado una baja del 5,1%. Además, para la central fabril, la industria acumula una contracción del 0,5% en los primeros cinco meses del 2012.
Otros sectores que el año pasado disfrutaban del dinamismo de una economía que llegó a crecer al 9% anual y hoy están a la intemperie son el inmobiliario, el de caucho y plástico y el metalífero. En tanto, el agropecuario, el turismo, el de alimentos y bebidas y el de electrodomésticos registran una sensación térmica considerablemente más baja que el año pasado, aunque todavía no les llegó la helada.
Hay distintas realidades a nivel sectorial dentro del PBI pero en líneas generales se observa una caída marcada en los bienes y un desempeño algo mejor de los servicios, porque estos últimos no son transables y no dependen tanto de la demanda externa, sostiene Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de la consultora Ecolatina.
En la radiografía del nivel de actividad económico, los analistas consultados por WE coinciden en destacar que la desaceleración del primer semestre impactó primero en bienes y productos tangibles, pero que ahora la sombra se extiende paulatinamente al sector de servicios.
Congelados
Como sector fuertemente vinculado a las expectativas del mercado, uno de los que más sintió el impacto de la férrea política de control sobre el dólar y la incertidumbre cambiaria fue el de la construcción. Según el Indec, en el mes de mayo la actividad cayó por segundo mes consecutivo tanto en relación al año previo (-5,4%) así como en términos desestacionalizados con respecto al mes anterior (-0,9%). A este dato se le suma que en el acumulado de los primeros cinco meses del año, registró una caída del 0,7%. En la construcción impacta principalmente el control cambiario y se registra una leve caída en la actividad en general. Y desde el punto de vista de la obra púbica se ve una reducción por el menor margen del Tesoro, dice Carolina Schuff, coordinadora de análisis sectorial de abeceb.com, en referencia a la estrechez fiscal que sufren tanto Nación como las provincias, lo cual genera una menor tracción en el sector.De hecho, hay más luces amarillas: en junio ya se registraron leves bajas en el despacho de cemento y, según cifras del Ieric, desde noviembre a abril se perdieron 26.000 empleos.
El clima sectorial se muestra más gélido aún en el mercado inmobiliario. Por lo bajo, luego de que la propia Cristina Kirchner fustigara por cadena nacional a un agente del sector que se quejó por la baja en las ventas, y cuya inmobiliaria sufrió una inhibición de la AFIP, fuentes del rubro confirman a El Cronista WE el congelamiento.
Una de las voces que salió a criticar la poco democrática -por decir lo menos- intervención presidencial fue Néstor Walenten, titular de la Cámara Inmobiliaria Argentina, quien además aprovechó para definir el desempeño sectorial: Con el primer semestre de 2012, vamos a estar cerrando el peor año de la última década, disparó el directivo. Según cifras de esa entidad, la solicitud de permisos para la construcción cayó un 60% en la primera mitad del año.
En el sector inmobiliario es claro que el cepo cambiario ha impactado muy fuerte. La cantidad de escrituras de la ciudad de Buenos Aires muestra una caída del 15% para el primer semestre en la comparación interanual y una del 1% en la provincia de Buenos Aires durante los primeros cinco meses, remarca Sigaut Gravina, sobre el impacto del corralito verde en las operaciones de compra y venta de inmuebles.
Para mantener la rueda en movimiento y sortear la sequía de dólares, fuentes del sector confían en la alternativa de los fideicomisos en pesos. De hecho los desarrolladores han pesificado su oferta, incluso, en los emprendimientos más lujosos. Los fideicomisos en pesos son una posibilidad de inversión para el ahorrista que no cuenta con alternativas ni para comprar dólares ni para invertir en un plazo fijo, agrega Schuff.
Brasildependencia
Tal como el golpe al mercado inmobiliario tiene una explicación doméstica, a las causas del magro desempeño del sector automotriz hay que buscarlas fronteras afuera. El derrumbe de la exportación de autos por la menor demanda de Brasil generó en junio una reducción interanual en la fabricación del 34%, y un 12% menos en relación a mayo, según cifras de la Asociación de Fábricas de Automóviles.Sobre la marcada caída en la venta de autos al país vecino, Marcelo Elizondo, consultor y ex director de la Fundación ExportAr, remarca que las automotrices tuvieron una facturación de casi 300 millones de dólares menos que el año pasado. Y agrega: La dependencia que se generó con respecto al mercado brasileño marca un error en la política comercial argentina. Concentrarse en Brasil fue una decisión de la Argentina, no una razón de mercado. En este punto, la ruptura del acuerdo automotor con México decretado por el gobierno nacional a fines de junio parece acentuar la Brasil-dependencia.
Sin embargo, desde las automotrices ya observan señales de recuperación en Brasil, lo que atenuaría la caída de uno de los sectores más preponderantes en el conglomerado industrial argentino. Con un ojo en el segundo semestre, según las estimaciones de los analistas consultados por WE, la sangría automotriz cerraría el año con una contracción en torno al 12%
Otro sector manufacturero muy ligado al automotriz es el de caucho y plástico, que también muestra números bajo cero. Producto de la disminución en la producción de autos, acumula una contracción del 1,4% en lo que va del año. Además también tiene problemas de abastecimiento de materia prima. En lo que va del 2012 sus importaciones cayeron un 12%, destaca Schuff.
Otro de los buques insignia de la expansión de la economía local en la última década que también aparece entre los más fríos en el termómetro sectorial es el rubro textil. A pesar de ser uno de los rubros más protegidos, las importaciones ganaron peso en 2011, afectando la producción nacional. Y en el primer semestre se empezó a sentir una desaceleración en el consumo de indumentaria.
Así las cosas, los textiles acumulan una merma del 3,1% a mayo. Tienen claramente un problema de competitividad y de incremento de costos en dólares, al punto tal que hoy exportan un 20% menos que el año pasado, acota Elizondo.
Festejo a medias
Para el agro, la campaña 2011/2012 arrancó con malas nuevas. Primero la sequía y luego las inundaciones dejaron como resultado una reducción de la cosecha de soja de 12 millones de toneladas con respecto al período anterior. Y ahora, con más del 70% de la cosecha ya vendida para cubrir costos por la sequía, los productores aprovecharán parcialmente el superprecio actual, que perforó el techo de u$s 600 por tonelada."La sequía del último año hizo que la cosecha de soja sea de 39,9 millones de toneladas contra 52 millones en la campaña anterior. La parte positiva va por el lado de los precios: con la tonelada a u$s600, las expectativas para la campaña que viene son muy positivas", dice Sigaut Gravina.
Los supersticiosos deberán abstenerse este 2013: a los exorbitantes precios, se le suma la posible llegada de un "año Niño", lo cual traería lluvias por arriba del promedio.
Otro que empieza a extrañar el boom del consumo de antaño es el comercio. Está mejor que otros sectores, por más que las ventas minoristas acumulan una caída del 2% en el semestre. Índices como el de Confianza del Consumidor también dan mal e, incluso, la facturación de shoppings, que creció un 23%, se ha desacelerado con respecto al año pasado y en términos reales estaría casi en equilibrio, remarcan desde Ecolatina.
Pese a la desaceleración del consumo en general, la venta de electrodomésticos resistió gracias a las promociones de las tarjetas de crédito y la falta de alternativas para ahorrar. Registra una suba del 12% en el acumulado del primer trimestre. Aunque no se compara con el 21% del primer trimestre del 2011, agrega Schuff.
El termómetro sectorial se calienta cuando aparecen en escena los sectores más inelásticos, es decir, aquellos que son poco sensibles a los avatares del mercado y a las fluctuaciones de precios. Por ejemplo, en el sector de alimentos y bebidas crece la demanda interna y se mantiene el dinamismo fronteras afuera. Así lo explica Elizondo: El único rubro que ha mostrado una cierta mejora en las exportaciones es el de producción de alimentos. Los lácteos, las frutas y hortalizas procesadas, los vinos y los productos de cuero, entre otros, por lo general, crecieron. Esto prueba que aquello de que la crisis es igual para todos es una simplificación, dice el director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales.
¿Otros de los ganadores en la era de hielo? El sector financiero es de los que se muestra más solvente y rentable. Si bien los analistas todavía esperan a ver cómo impactan las últimas regulaciones del BCRA, se espera que continúen creciendo los depósitos y los préstamos.
La misma agradable temperatura disfruta, por ejemplo, el área de telefonía y comunicaciones. Según el Indec, a mayo de este año mostraban un crecimiento acumulado del 13% interanual, aunque es un sector que, por causas estructurales del mercado, crece constantemente. Lo propio hizo el farmacéutico, con balances más que satisfactorios y un crecimiento del 12% en los primeros cinco meses del año.
Por último, un curioso triunfador: la industria avícola, que aparece como la contracara de los desgastados frigoríficos vacunos. La carne aviar fue ganando terreno en las preferencias de los argentinos ante el incremento de precios de la carne vacuna, y el sector supo acompañar el incremento de esa demanda. Las proyecciones de la cámara sectorial para fines de 2012 indican que la producción de pollos en el país habrá subido un 80% en seis años.
Algunos al resguardo, muchos a la intemperie y otros tantos congelados, los sectores ya transitan la era de hielo.
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