Revolución Sintérgica: Manifiesto
- Autor: Sandra Arau Esquivel
Para el autor Graham Hancock, la
humanidad en el siglo XXI se encuentra atrapada en una lucha entre el
pasado y el futuro. Los patrones establecidos durante los últimos dos
mil años continúan dominándonos y definiendo nuestros pensamientos y
comportamiento en maneras que ya no nos sirven. La evolución supone ser
imparable, sin embargo la pregunta es: ¿seremos capaces de liberarnos y
adherirnos a la siguiente etapa de nuestra evolución?
Prácticamente imposible saberlo, dado a
que el status quo del que intentamos desplegarnos es patrocinado y
defendido por fuerzas políticas e ideológicas y por una inercia
institucional de tal magnitud que resulta difícil creer que se nos
permita avanzar. Sin embargo, no cabe duda de que una nueva especie de
humanos está emergiendo en el siglo XXI.
Estos nuevos humanos reculan del
creciente poder e intrusión del Estado en sus vidas y creen firmemente
que existen otras maneras de cooperación comunitaria que no dependen de
la supervisión, regulación o tributación del Estado.
Estos nuevos humanos no tienen ninguna
necesidad de fidelidad exclusiva a la “nación” o “país” en el que
sucedieron nacer y por lo tanto no se sienten más cercanos o conectados a
una persona que nació en el mismo país. Su identificación primaria no
es con su campo genético nacional, sino con los que comparten su forma
de pensar, donde sea que estos se encuentren en el mundo. Como
consecuencia, están agudamente concientes de lo absurdo de la guerra y
de la naturaleza artificial del miedo, odio y sospecha implantada y
usada por los Estados para justificar guerras de todo tipo.
Estos nuevos humanos ven la esterilidad
de la economía y la política, donde aparentemente las opciones
actualmente disponibles son dos: una especie de capitalismo de libre
mercado o una especie de modelo socialista. Desde el punto de vista del
nuevo ser humano, ambos sistemas son esencialmente lo mismo, estando
basados y arraigados en el materialismo y en la suposición no comprobada
de que la realidad está confinada al campo de la materia. Los
socialistas y los capitalistas discuten sobre cómo se debe de dividir el
botín de ese campo de la materia y quién entre ellos debe de dividirlo,
pero uno y otro están tan enfocados en la primacía de la materia, que
ignoran cualquier posible dimensión espiritual por completo, incluso
mofándose del mero concepto. Siguen suponiendo que la dimensión
espiritual es terreno de la religión institucionalizada.
No es así para el nuevo humano, quien se
siente segregado de la religión ortodoxa y se niega a aceptar que un
cura, el rabino, o el mullah tengan que ser los intermediarios
exclusivos entre nosotros y lo Divino. El nuevo humano está hambriento
de una experiencia espiritual directa, personal y está dispuesto a
recorrer largos caminos usando técnicas antiguas de éxtasis, legado de
los chamanes y yoguis de la prehistoria, para conseguirla.
Este análisis de Graham Hancock, bien
podría ser el manifiesto de la Revolución Sintérgica. De los que hemos
descubierto y decidido –ya sea como consecuencia de la tragedia, del
instinto de supervivencia o simplemente por la atracción auténtica a la
luz – convertirnos en guerreros espirituales, en un mundo donde incluso
mencionar el término delante de nuestros seres más queridos, es mal
visto. Esto puede significar un drama o puede ser el trayecto épico
hacia el dharma en tu vida.
“La Teoría Sintérgica postula
que la experiencia humana es el resultado de una hipercompleja
distorsión del cerebro con la Lattice del espacio-tiempo (Wallace 1986).
La lattice o campo cuántico es la matriz fundamental del espacio, este
espacio posee diferentes niveles de organización en la cual la lattice
es la más fundamental, en su estado puro la lattice es una matriz con
coherencia y simetría absoluta, cualquier distorsión en su estructura es
manifestada como un objeto complejo de partículas elementales, creando
así el mundo que conocemos.
La activación de una neurona provoca
una micro distorsión en la lattice del espacio-tiempo, al activarse
todos los elementos neuronales de un cerebro se crea una macrodistorsión
denominada “campo neuronal”. El cerebro es capaz de crear una matriz de
interacciones o conexiones directas entre el campo neuronal y la
Lattice del espacio-tiempo.
En la teoría Sintergica se le
denomina “Hipercampo” a la estructura de la lattice que incorpora todos
los campos neuronales, esta matriz creada es la base donde se establece
la relación directa entre cerebros.” Lo cual comprueba científicamente, que el trabajo que realicemos individualmente, es potencialmente transferido a los demás.
El Dr. Amit Goswami, profesor de física
en el Instituto de Teoría de la Ciencia en la Universidad de Oregon, fue
un participante activo en la investigación de Jacobo Grinberg y la tomó
como base para desarrollar su teoría: Ciencia Idealista.
La Ciencia Idealista incluye a la
conciencia dentro de la ciencia. Propone que la conexión entre cerebros
sucede a través del intento conciente, es decir, a través de la
intención conciente se logra correlacionar dos objetos o dos cerebros y
colapsar en ambos realidades similares. Concluye que la conciencia
colapsa estados semejantes de realidades de ambos cerebros porque los
cerebros están correlacionados.
Para el Dr. Goswami la conciencia, y no
la materia, es la base de todo ser, a partir de esto demuestra cómo la
conciencia crea el mundo material. Prolífico autor, maestro y
visionario, el ahora retirado Dr. Goswami ha creado el Centro de
Activismo Cuántico. El activismo cuántico es la idea de transformarnos y
a nuestra sociedad, de acuerdo a los principios de la física cuántica.
El Centro de Activismo Cuántico busca educar, apoyar y facilitar la
transformación de la actual visión mundial materialista hacia a una
basada en la primacía de la conciencia. En palabras del Dr. Goswami:
“Le puedes llamar Dios si lo deseas,
pero no tienes que hacerlo. Conciencia cuántica es suficiente. La no
localidad, la jerarquía enredada y la discontinuidad son las firmas de
la conciencia cuántica y han sido verificadas de forma independiente por
los principales investigadores de todo el mundo. Estos datos
experimentales y sus conclusiones nos revelan que el equivocado punto de
vista materialista es el epicentro de la mayor parte de los problemas
del mundo hoy en día. Para hacer frente a estos problemas, ahora tenemos
la ciencia de la espiritualidad que es totalmente verificable y
objetiva.
Más que una simple teoría, el
activismo cuántico es la brújula moral de la física cuántica que
realmente nos ayuda a transformar nuestras vidas y a la sociedad.
Así que vamos a practicar lo que
predicamos y hagamos circuitos cerebrales de emociones positivas.
Simplemente hagámoslo. Practiquemos. Dejemos que algunos de nosotros
seamos buenos, hagamos el bien. Que estemos con Dios algunas veces, que
estemos en el ego parte del tiempo y dejemos que esta danza genere actos
creativos de transformación. Con esta resolución, con este objetivo en
mente, los invito a convertirse en activistas cuánticos.”
Acepto la invitación cual vaso de agua
en el desierto y extiendo la misma. Simplemente hagámoslo. Tengamos la
ambición de crear un ejército de guerreros espirituales, músicos,
activistas cuánticos, cantantes, danzantes, tecnochamanes, psicomagos,
poetas, alquimistas, actores, pintores, cineastas, hackers de la
realidad. Aprendamos. Practiquemos. No existe nada real que nos impida
cumplir el objetivo de llevar a cabo un movimiento espiritual
contracultural.
El libro The Electric Jesus de
Jonathan Talat Phillips, que narra el viaje del autor a la sanación a
través de un agnosticismo contemporáneo – desafortunadamente no ha sido
traducido al español, pero pareciera haber sido escrito para su lectura
en este México deprimido post electoral – Jonathan advierte, que la
liberación espiritual por si misma, nunca será suficiente. Si estos
nuevos humanos han de sobrevivir, tendrán que ser “guerreros
espirituales… capaces de enfrentarse a la máquina materialista
Occidental, con el fin de crear sociedades auto sustentables que se
preocupen por sus habitantes, en armonía con los ciclos de la naturaleza
y reciban y honren la vasta luz sanadora que silenciosamente nos
conecta a todos.”
La Revolución Sintérgica te invita a practicar lo que predicas. Bienvenido.
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